martes, 27 de diciembre de 2011

Que nuestros labios se junten por siempre.

Quiero que me beses con pasión, casi rabia, que me tengas presa entre tus brazos, tomes mi cara como si temieras que me fuera, y quiero que mientras me beses acaricies mi cuello, mi cabello y recorras tus manos por mi cintura mientras muerdes mis labios como con intención de arrancarlos.
Bésame como si con besos pudieras hablar, dime todo lo que sientes con ellos. Bésame como si el mundo se acabara, como si fuera lo último que quisieras hacer. Bésame con toda tu pasión, como si sólo besaras una vez.
Bésame como sólo tú sabes.

martes, 13 de diciembre de 2011

Debo dejar de drogarme antes de dormir.

Justo ayer soñaba que caminaba con mi hermana en una calle bastante fea, cruzábamos las vías del tren y nos encontrábamos con una de sus mejores amigas de secundaria. "¿Me acompañan? Tiffy se acaba de morir y quieren invocar su espíritu en su casa a dos cuadras".


Sí, "Tiffy" como nombre de perro, pero no, era una ex amiga de mi hermana en secundaria. 
Yo no creo en esas cosas, pero por alguna razón decidíamos acompañarla. Afuera de la casa había más gente esperando para entrar, y una señora vieja decía "Si está tu espíritu presente, manifiéstate" y la puerta de madera se rompía. 
Yo no pude evitar carcajearme, pero entonces todos me vieron feo y tuve que callarme.


Me obligaban a sentarme con ellos en la sala formando un círculo y tomándonos de las manos, lo cuál me parecía lo más ridículo del mundo. Le pedían al espíritu que se manifestara (de nuevo) y mágicamente entraba por la puerta de madera una serpiente bastante larga.
Una vez más, la escena me daba muchísima risa y la serpiente se me acercaba intentando morder mis piernas. Yo las levantaba pero la serpiente no se iba, así que tuve que patearla lejos.


Tengo una laguna onírica y después recuerdo que le cortaban la cabeza a la serpiente porque "el espíritu" no cooperaba y la metían en gelatina de naranja para alejar a todos los demás espíritus. Sí...gelatina de naranja contra los espíritus.


Todo esto nos aburría mucho a mi hermana y a mí, así que nos íbamos. Caminando de nuevo por las calles, la cabeza de alguien decapitado encima de una llanta de automóvil manchada de sangre. Me daba miedo y la ignoraba.
Rodeando una esquina, nos encontrábamos con una tribu o algo así. Todos tenían el torso descubierto y la cara pintada con líneas y círculos rojos; yo no entendía nada de lo que decían, pero aparentemente mi hermana sí, y me decía que nos estaban invitando a unirnos a su tribu. Yo no me sentía ni un poquito segura con ellos, pero mi hermana sí, entonces me quedé con ella porque no quería abandonarla con gente en la que no confiaba.


Por alguna razón me enteraba de que era una conspiración y en realidad me querían matar por burlarme de los ritos raros para despertar espíritus y de inmediato me escondía para llamarle a alguien que nos salvara.
Uno de los miembros de la tribu, muy alto y flaco, me encontraba y aparentemente me mataba, porque entonces desperté.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Zombies poco rudos.

Hace algunos días me encontraba en un larguísimo viaje en metro desde la civilización hasta mi rancho. Como es costumbre, yo iba sumamente perdida en mis pensamientos y estaba tan aburrida, que si no hubiera sido porque un montón de personas que olían mal me estaban aplastando contra las puertas, me hubiera quedado dormida.


Después de mucho rato por fin llegué a mi estación. Con mucha flojera y arrastrando los pies, bajé del vagón, sintiéndome feliz por poder respirar aire fresco de rancho nuevo.
Subí las escaleras recordándome a mí misma que necesito hacer ejercicio de nuevo porque ya perdí la poquísima condición física que solía tener y caminé en el largo pasillo que llegaba hacia la salida con una increíble hueva.


Cuando llegué, noté que había demasiada gente atascada en la salida; me acerqué más y noté que estaba cerrada. "Maldita sea" pensé "Tendré que caminar ooootra vez el larguííísimo pasillo para llegar a la salida del oooootro lado" y después me pregunté por qué los demás no hacían lo mismo. Probablemente eran tan flojos como yo.


Me ahorré el llegar a la otra salida; sólo tuve que voltear hacia el otro lado y noté que también había un montón de gente atascada. 
Mi última salvación era la salida de arriba que da hacia un puente. Subí y sucedió lo mismo, sólo que esta vez me fijé bien y noté que había policías haciéndose los rudos con sus escudos de plástico o como se llamen y bloqueando la entrada por los dos lados. Por un momento me asusté y pensé que explotaría una bomba nuclear y moriría entre un montón de desconocidos rancheros (como yo).


Algunos segundos después, pensé: "Sería increíblemente cool que se tratara de una infección zombie y por eso nadie pudiese entrar ni salir del metro, porque nos estarían aislando por miedo a que alguien de nosotros estuviese contagiado, o al revés, porque allá afuera estarían todos infectados e intentaran protegernos" Me puse a pensar en cómo podría defenderme de los zombies si se diera la infección en ese preciso momento, pero en mi poder sólo tenía un morral hippie, un libro pequeño, unas llaves, audífonos y mi celular. 
"Carajo, tendría que morir por la humanidad, no tengo cómo defenderme" pensé. 
Me imaginé que tardarían mucho tiempo en abrir de nuevo las salidas, así que me resigné a subir de nuevo al metro y bajar en la siguiente estación y caminar aún más para llegar a mi casa.


Volteé y me quedé algo...confundida. Subiendo las escaleras estaban dos zombies (un poco gordos) llenos de sangre, sucios y con la ropa rota. "What the fuck?" me dije a mí misma. 
Woohoo! ¡Eran zombies! ¡Qué emoción! Y luego me puse a pensar: Si de verdad lo fueran, serían más rudos, atacarían a todo mundo y no caminarían tan lento...y no habrían empezado a fajar a la mitad de las escaleras.
Luego recordé que era sábado y que ese día a alguien se le había ocurrido organizar una marcha zombie llena de gente con malos disfraces; le menté la madre al mundo y me subí al siguiente tren para después perderme por los rumbos de la siguiente estación.


Qué triste, lo más cerca que pude haber estado de zombies eran disfraces, y se empezaron a tragar enfrente de mí.
FML.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Hace mucho tiempo me dijiste: vete.

Hace mucho tiempo caminamos bajo la lluvia tomados de la mano, nos abrazamos toda la tarde, y cuando se apagó el día miramos las estrellas en total silencio. Acariciaste mi cara con tus manos, y con un beso entraste en mis recuerdos.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, que llegarás tarde a tu casa.


Nos susurramos palabras cariñosas desde lejos, nos leímos los labios, dejamos que el café nos enamorara. Corrimos entre los árboles, alimentamos palomas. Soñamos con los ojos del otro, nos perdimos en el tiempo.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, que tengo ganas de extrañarte para estrujarte cuando te vuelva a ver.


Nos fundimos en fuego, juraste eternidad, contorneaste mi cuerpo con tus manos, convertiste tu corazón en letras. Desgarraste mi pasión, acariciaste mis alas, envolviste mi alma.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, que si te quedas, te voy a secuestrar con mi amor.


Te quité las lágrimas de la cara, tu cabello acaricié, con tu boca dibujé la luna y entre sueños tu nombre pronuncié. Mi entorno cambiaste y mi visión nublaste, mi mente de nuevas ideas llenaste.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, que quiero sorprenderte cuando te vuelva a encontrar.


Inundaste mis mejillas, mi pecho con latidos interrumpidos dejaste, a mi mente nuevas dudas le creaste. Tomaste mi mano y me recorriste con escalofríos que electrocutan, mi alma te robaste.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, que me dueles.


Con ganas de guardar tu olor me dejaste, mi corazón entumiste con el recuerdo de tus manos, atormentaste mis noches con la imagen de tus ojos, con recuerdos amargos me enterraste.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, que no te quiero ver llorar.


Tus ojos cerraste ante mí, me negaste sonrisas, mi enojo hiciste crecer. Poca sanidad me dejaste, mucha cobardía procuraste. Con tu mirada indiferente me dejaste.
Hace mucho tiempo me dijiste: vete, y por favor no vuelvas más.




Nunca estuve aquí.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El efecto Pala.

Hace algunas horas, me encontraba flojeando afuera de la biblioteca de la escuela con mi amigo Pala. 
Estábamos hablando de nada relevante, hasta que me sorprendió con un "¿Por qué?"
Su pregunta estaba relacionada a algo que no mencionaré, pero de repente me sorprendió que estuviera tan seguro de sus suposiciones.

Fingí demencia, pero finalmente logró sacarme un poco de información. Le dije que en realidad había muchas cosas dentro de mi ser y que probablemente ni siquiera yo me comprendía a mí misma.


"Es fácil" me dijo "Es muy fácil ver al interior de la gente". Y de inmediato comenzó a decirme cosas sobre mí misma, muchas de ellas probablemente ni siquiera yo las sabía, pero tenía razón. 


Justo en ese momento, me acordé de Lau y de cómo a ella le pasó lo mismo.


Después de sufrir una sobrecarga de información sobre mí misma que chocaba con lo que yo ya sabía de mí, mis ojos se llenaron de lágrimas, parpadeé rápido, y sólo le dije "Bueno, Pala, ya me tengo que ir, se me hace tarde".
Y partí con el signo de interrogación menos nublado que he sentido encima de mi cabeza.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Lo que faltó de mis crónicas que no tienen ni un poco de sentido.

Parte 2: De cómo repentinamente conozco el sentido de la vida. Todo es cíclico y la verdad es totalmente efímera.

Eventualmente, mi sensación desaparece.

Aparentemente, el mundo real no lo es en sí, sino hasta que vas al mundo irreal y te das cuenta de que lo es, pero aún así, te gusta pensar que el mundo irreal es real, y que lo que ves, sientes y piensas en lo irreal, es en verdad real a pesar de que para los demás sólo estés debrayando sin sentido.

Sigo siendo actriz del mundo real en plena epifanía, es como si en esta irrealidad me diera cuenta de que allá en el mundo real todos actuamos, pero si todo se trata de actuar y decir mentiras, ¿entonces qué tiene de real?
La pregunta queda volando y vacía.

También seguía sintiendo varias cosas contradictorias a la vez: una alegría completa al estar en la fantasía; una tristeza penetrante al darme cuenta de que sólo en fantasías sentía una felicidad entera; una enorme decepción conmigo misma y con los demás; culpa eterna, profunda y asesina; una vergüenza digna de ser capturada; miedo, miedo puro y destilado, miedo en su máxima expresión; emoción por poder haber sentido el miedo en su estado más puro, y la sorpresa de que él escupió las palabras exactas pero al azar de todo lo que yo estaba sintiendo.
Cuando digo que sentía todas estas cosas al mismo tiempo, lo digo en serio, no como la mayoría de la gente lo dice, pues para ellos, sentir cosas al mismo tiempo, es un segundo de felicidad, al siguiente segundo, depresión, al siguiente, culpa, etcétera. No, yo sentía todo esto en el mismo segundo, en el preciso momento toda esta combinación a la vez pura. Pues sentimientos más puros jamás había sentido.

En el mundo irreal, puedo saberlo todo, puedo leer mentes e ir más allá de los actos tan simples y diminutos de las personas. Aquí todo sale bien, puedo sentir la náusea pura, y la liberación más maravillosa. Aquí encuentro todas las respuestas y revelaciones. Aquí hay felicidad verdadera, pero también una felicidad que incluye una nostalgia, decepción y depresión para cada célula de mi cuerpo.

¿Qué tipo de persona soy? 
La respuesta da razones para saber por qué hay tanto odio saliendo de este ser tan sólo para volver a entrar. El odio dirigido a uno mismo.
Aquí siento todo el odio y lo siento de verdad. Aquí siento el miedo y lo siento más. Aquí también me ahogo.

"Esta vida es tan real que todos terminaremos siendo nada. Un Nemo Nobody más." Leí entre mis notas fracasando al tratar de hilar todas aquellas ideas en una sola y que además tuviera sentido. Si lo hubiese escrito todo, TODO en ese momento, tal vez sería diferente.
Y probablemente sólo soy yo tratando de engañarme a mí misma: Escribiera lo que escribiera, ya no tendría sentido después.

Patrañas, ¡Claro que tiene sentido! Sé que yo me entiendo.

Todo es cíclico.
La verdad es totalmente efímera.



domingo, 6 de noviembre de 2011

Crónicas sin sentido.

Parte 1: De cómo soy experta tomando malas decisiones y de cómo este título no tiene nada que ver.

Sabía que sería una mala decisión y probablemente terminaría haciendo el ridículo de una manera muy fea, aún así, el saber cómo terminaría todo me importó poco.
Pude identificar el momento exacto, pude sentirlo y casi verlo. La sensación entró por la punta de mi nariz, adormeciéndola. Pude sentir cómo se recorría por toda mi cara y aparecía lentamente desde la punta de mis dedos, recorriéndose a lo largo de mis brazos y piernas. Puedo sentir mi corazón, puedo sentirlo ahí, en mi pecho ¡De verdad lo siento!

Miro mis pies mientras camino. Todo se ve como una fotografía viñeteada. Me gusta.
Sigo observando mis pies acariciando el piso, veo manchas como las que aparecerían en una película vieja. Las luces me deslumbran, sin embargo, no me molesta. 
¿Qué siento? ¿Por qué siento esto? Creo que es felicidad.

Ya no siento mi boca ni mi lengua, se han adormecido. Todo a mi alrededor se mueve, mis músculos se aflojan. Hace frío, mucho frío, puedo sentirlo pero no me importa, no molesta en realidad. Me gusta sentir de verdad.

Estoy sintiéndolo todo en el mismo momento. Bien, tal vez no todo, sólo muchas cosas, pero de verdad es simultáneamente, de verdad puedo sentirme explotar con esto, de verdad puedo sentirme volando.

Incluso en aquel mundo, me encontraría después mintiéndome a mí misma.
Soy una actriz del mundo real. Puedo sentir a la realidad actuando, puedo saber cómo la realidad se miente. 
Estoy sentada en el sillón naranja y todo funciona en automático, no tengo que esforzarme, pues como actriz de la obra de la "realidad" todo saldrá bien...o al menos eso nos querrían hacer creer.

Epifanía.



viernes, 4 de noviembre de 2011

Felicidades, Pol.

Tengo 3 años y estoy acostada abajo de la mesa de la sala de mi casa. A decir verdad, estoy muy cómoda y en realidad no tengo mucho de qué preocuparme. 
Un momento... ¿Dónde quedó mi vaso con leche?


Tengo 5 años y estoy actuando como perro, gateando, ladrando y sacando la lengua. A mis padres parece hacerles gracia.
Busco a mi hermana, le pido que me acompañe a jugar en el patio. Nos enojamos, hacemos berrinche y en menos de 5 minutos somos inseparables de nuevo.
No me gusta comer, y tampoco me gusta la carne. Mi mamá se enoja conmigo por eso todo el tiempo y me obliga a comer al menos 3 tiras de pollo.
Creo que va a empezar a llover. Me gusta el agua.


Tengo 8 años y no me quiero levantar para ir a la escuela. Cuando viajo en auto con mi mamá, me gusta meterme en la cajuela y quedarme ahí, hecha bolita.
Soy muy torpe, sin embargo juego fútbol. Ya quiero que empiecen las vacaciones porque tengo ganas de ir a la playa. Tengo sueño. 
Sigo odiando la carne. Mi mamá espera que el odio se me pase cuando crezca.
Mi maestra de Inglés hizo cita con mis padres porque soy muy callada e introvertida y no logro participar en situaciones que requieran socializar. True story. 


Tengo 11 años y me gusta dibujar. Mis papás dicen que dibujo hermoso, pero pienso que más bien lo dicen porque tienen que hacerlo, están obligados a eso. Me gusta tocar la guitarra pero mis dedos son muy pequeños. Fantaseo con un mundo dibujado donde todo es como yo quiero. Dicen que soy una niña más bien solitaria. Tengo un caracol como mascota.


Tengo 13 años y no veo bien, mi conciencia no ve bien. Está nublada.
Creo en cosas metafísicas y energéticas. Estoy tan nublada que pienso que Lobsang Rampa es un buen escritor. Me gustan las torrejas que cocina mi madre en Abril, y me siento mal por pasar todo el día en la computadora. Debería hacer algo productivo.
Quiero escribir un libro y no sé ni cómo empezar. Me frustra el hecho de que me importa demasiado lo que mis amigos piensan de mí, en especial ella. Me avergüenzo de cosas insignificantes. Me gusta pensar que pienso más a fondo sobre la vida diaria. No me gusta esta rutina. 
Puedo estar orgullosa de que soy valiente y me atrevo a decir las cosas. No puedo estar orgullosa de rendirme tan rápido ni de dejar ir las cosas tan lento.
Quiero un gato. 


Tengo 16 años y estoy dormida, tengo frío. Me gusta dormir envuelta en muchas, muchas cobijas. Creo que por fin encontré verdaderos amigos. 
Cuando voy en el metro me gusta observar a las demás personas e imaginar cómo son sus vidas.  Soy la onda evadiendo mis problemas. Mediocre. Odio elegir.
Apesto en muchas cosas, pero si algo me sale bien, son mis Ti-Chaguis. Extraño entrenar diario.
Puedo comenzar a pensar en una cosa y tratar de llegar a una conclusión sobre eso, pero soy tan distraída que probablemente terminaría pensando en lo adictivo que es el chocolate o lo bonito que es enterrar los pies en la arena.
Soy muy torpe, dispersa y distraída. Sé que no debería, pero a veces me da miedo opinar y externar lo que pienso y siento.
La nostalgia es mi mejor inspiración.
Me cuesta mucho trabajo ser coherente, pero de todas formas ya me rendí. 
La gente cree que me la paso drogada porque soy sumamente despistada y siempre tengo cara de dormida, la única verdad es que siempre tengo mucho, mucho sueño. 
Me gusta mucho el mar. Me gusta aún más cuando estoy en el mar y llueve. Sigo siendo vegetariana, afortunadamente. 
Podría pasar horas enteras observando a mi cuyo.


Tengo 17 años y 10 minutos. No he hecho mucho de mi vida.
 ¿Qué será de esto?
Feliz cumpleaños a mí.

jueves, 27 de octubre de 2011

Sobre bestias que no mueren.


Otro día más en esta guerra que parece jamás acabar. 
Desde tempranas horas de la mañana escuché sus graves gritos y gruñidos. A pesar de que con el tiempo se volvían más y más feroces, ya no me impactaron como las primeras veces. Se estaban acercando.
Los demás seguían durmiendo cómodamente, así que tratando de no hacer ruido, me desenvolví de las cobijas, y con mucho cuidado me asomé por la ventanilla. Sí, se estaban acercando más y más; venían del norte.


"Maldición, tenemos que movernos de nuevo" Pensé. 
De inmediato tomé las llaves y arranqué, despertando a mi hermana y su amigo, que dormían en los asientos traseros. 
"¿A dónde nos llevas?" Me preguntó mi hermana. "No tengo idea, sólo debemos irnos muy lejos y muy pronto, se están acercando". 
No sé si era impresión mía, pero al parecer cada vez eran más rápidos, era como si evolucionaran y se hicieran mejores con el tiempo. 


Hace tanto tiempo que comenzó todo esto, que ya siento normal el dormir en una camioneta todos los días, saltar de pueblo en pueblo, comer cada 2 días, y pelear con uñas y dientes para conseguir agua; pero sobre todo, me acostumbré a correr por mi vida, a matar sin compasión algo que ya está muerto, a transformar cualquier instrumento en arma mortal, a salpicar cerebros. A los asquerosos zombies. 


Seguí manejando a toda velocidad, esquivando chatarra y aplastando cadáveres, rompiendo reglas de tránsito que no importaban ya, tratando de suprimir mi miedo por medio de la velocidad. Oía que mi hermana y su amigo platicaban, de vez en cuando me sugerían rutas nuevas, y otras veces más, lanzaban insultos a los no-muertos.
 A pesar de que podía oírlos, no captaba en realidad todo lo que decían; mi mente estaba muy concentrada en el miedo que sentía de aquellas bestias a pesar de haber convivido ya con ellas mucho tiempo. Mi actitud siempre fue cruel, altanera e impulsiva, pero es que debo mostrarme fuerte ante los que quiero; ya perdimos a muchos en el camino, ya sufrimos suficiente, ya no podemos olvidarlos. Ya no puedo dejar de ver su mirada de terror mientras los zombies se apoderaban de su cuerpo cada vez que cierro los ojos. Después de tanto tiempo, sigo teniendo mucho miedo.
A veces siento como si me contagiaran sin contagiarme de verdad. Me hacen sentir entumecida mentalmente. Alejada.


Mientras manejaba por la carretera, vi a una mujer joven que corría desesperadamente mientras la perseguían. De inmediato paré y bajé de la camioneta con intención de ayudarla, mi hermana intentó detenerme pero no la escuché.
Siempre se me dio esto de tomar malas decisiones.
Cuando bajé me di cuenta de que la perseguían más zombies de lo que creía, desenfundé la espada que mi abuelo me dejó antes de morir y me propuse acabar con todos ellos. La espada era realmente pesada, pero aún así logré levantarla. Un solo movimiento rápido y logré rebanar las cabezas de 3 de ellos; la espada era tan pesada que no pude detenerla adecuadamente y casi la entierro en mi brazo izquierdo. Mi hermana y su amigo nos observaban desde dentro, yo les pedí que no se arriesgaran. La mujer que corría se hincó junto a la camioneta, exhausta.
Aún faltaban otros 5 y se estaban acercando rápidamente. Tomé mi revólver que prometí usar sólo en casos de emergencia y comencé a disparar.
No logré darles a todos en la cabeza, pero al menos hería sus piernas y espaldas para que no pudieran perseguirnos más. Faltaba ya sólo un no-muerto; tomé de nuevo la espada y la enterré en su hígado y con un fuerte y seguro movimiento hacia arriba, corté su pecho, su garganta y su cabeza, quedando yo salpicada de sangre y sesos, pero feliz.


Celebrando mi victoria, me propuse a ayudar a la chica que seguía sentada en el piso. La tomé por los brazos intentando cargarla, ella se levantó y me abrazó, y fue cuando escuché aquel grito característico que supe que todo había sido en vano. 
Ella había sido mordida y ahora mordía mi cuello. Con una patada la alejé y seguí pateando su cabeza.
Se me había olvidado el dolor por un momento. Pronto mi cuello empezó a arder y empecé a asustarme. Había terminado todo.


Mi hermana me miró con el terror más grande que alguien se pudiera imaginar. Desde lejos me dijo que me adoraba y yo le pedí perdón; se acercó con miedo, tomó mi mano y la besó rápido, subió al asiento del conductor, guardó el revólver y me dejó la espada. "Sabes qué hacer. Quisiera acompañarte, en verdad, pero no podría soportarlo, perdóname." Me dijo, sollozando y arrancó para irse por siempre.


Tengo frío pero el sol me quema, mis ojos arden. Ya no siento los dedos de los pies, ni mis brazos. Tengo muchas náuseas, comienzo a vomitar, es sangre.
No sé cuanto tiempo ha pasado desde aquella mordida, no sé cuánto tiempo ha pasado desde la primera infección. Siento que voy olvidando las cosas lentamente. Debo suicidarme, lo sé, pero mis fuerzas ya no alcanzan ni para estirar los dedos y tomar la espada para hacer algo al respecto. Mis ojos lloran, mi cuerpo se debilita. Ya es demasiado tarde. Cierro los ojos.
Gruño como todos ellos.




Terminó la guerra.
Al menos para mí.

Presión.

Entonces cerré los ojos e inhalé profundo para no volver a exhalar jamás.

domingo, 23 de octubre de 2011

Monsters are real...

He vivido con un letargo.
Tenía 12 años cuando lo noté por primera vez, lo recuerdo bien. Ni siquiera me daba cuenta de las cosas. Podía ver a un hombre saltando de un puente, y no me percataba de lo que acababa de ver hasta días después. Era como vivir en drogas, o en un estado automático muy chafa. 


Hasta hace un par de horas me di cuenta de que en verdad sigo con ese letargo sin razón alguna. Ese adormecimiento. 
Es como si no pudiera pensar correctamente, como si, por más que me esforzara, una parte de mí decidiera (sin consultarme antes) mantenerme alejada de la realidad, mantenerme dormida, mantenerme con pensamientos nublados. Es como si tuviera puestos unos lentes con graduación incorrecta, que más que ayudarme, sólo hacen que vea la realidad más borrosa, incierta y desenfocada.


Hace poco, me eché mi último cubetazo de agua helada. Una última oportunidad para despertar de nuevo. 
Desperté en el momento, inhalando fuerte, con el corazón agitado y los ojos abiertos a más no poder, pero como era de esperarse, el frío te adormece de nuevo después de un par de minutos...


Quisiera culpar a Octubre, la época y su clima por adormecerme de esta manera. Quisiera culpar a alguien, de verdad; pero en realidad, tengo la certeza de que la única persona que tiene la culpa, soy yo misma. Yo me he permitido llegar a esto, yo me he dejado llegar hasta aquí sin un freno, y sin capacidad aparente de volver.
Yo misma me he permitido hundirme en lodo, náusea, amargura, huesos, violencia, y una enorme ignorancia que me mata lentamente. Lo más triste es que no sé si puedo salir de aquí.
No sé si quiero salir de aquí.


Quiero despertar. ¡Quiero despertar! ¡Quiero despertar! ¡Quiero sentir algo!
¡Despiértame!




Monsters are real, and ghosts are real too. They live inside us, and sometimes, they win.

domingo, 16 de octubre de 2011

Poketober.

Me acabo de dar cuenta de que ya es Octubre.


Amo mi vida.
Y por 'amo mi vida' quiero decir: Carajo, ¿Tan desubicada estoy como para no notar que ya es Octubre y han pasado 16 días?

jueves, 13 de octubre de 2011

Debraye de dos líneas.

Y todo es más oscuro, más nublado, más esmerilado, más nebuloso, como espejo roto con cada segundo que pasa y cada gota que cae.

731.

Tengo tanto frío que puedo sentirlo en mis huesos.
Puedo sentir su electricidad en mi cuello, bajando por mi columna vertebral, expandiéndose por mis costillas, electrocutando mi estómago y congelando mi corazón. Siento cómo duelen mis dedos y moverlos más difícil se hace cada vez. 
Toco mi cabeza y siento su calidez. Aparentemente es lo único cálido que tengo en este momento.
Pudiese ser mi imaginación, pero creo que mis venas están especial y fríamente coloridas hoy. Puedo acariciarlas y calcarlas; contornearlas y remarcarlas; puedo sentirlas bailando al son de mi corazón, pero hoy no tienen ganas de congelarse.
Yo parpadeo y ruego que desentierres mis fodongos e informales versos y los saques de mi propia tierra.
¿Qué es de mis letras si se esconden detrás de la puerta? Me preguntó la voz de atrás. 
Me acuesto en posición fetal, cubro mis ojos, e inmediatamente puedo ver aquella luz tostada. Puedo escuchar las guitarras y voces. Puedo escuchar los gritos. Puedo escuchar mis propios pensamientos que ya no se están escondiendo atrás de mis paredes. Puedo escuchar los vidrios rompiéndose. Puedo escuchar mi corazón sincronizándose ¡Mi corazón, te digo! Puedo escucharme aferrándome a la tela. Puedo escucharme suspirar.


Hace frío. Aparentemente no se irá por un buen rato, pero esta vez se siente diferente...

sábado, 8 de octubre de 2011

Respuesta a Mónica Palafox.

Aquel lunes cualquiera, sin palabras me dejaste,
de mi sueño salté, y me quedé con tus letras
tan perfectamente puestas,
y a mi corazón cautivar, tú lograste.

En lágrimas me conviertes
con la sabiduría que compartes;
a carcajadas mi alma abrazas
con la simpleza que cargas.

Si de algo me arrepiento
es de no haberte conocido
por la mujer nombre de alimento
sino hasta que Frau Pilar lo hubo decidido. 

Yo no quiero tu legado,
sólo quiero de ti nunca alejarme,
y es que tú has logrado
de mis máscaras despojarme.

Por eso hoy te digo:
Palafox, cásate conmigo;
pregunto si me creíste
y te revelo que en mi trolleo, tú caíste.

martes, 4 de octubre de 2011

Sobre nubes que corren.

Había llegado una vez más a una ciudad totalmente desconocida.
Me asomé entre los edificios y las calles pobladas para observar a fondo lo que me deparaba. Logré ver a las personas caminando hacia sus destinos; por alguna razón la mayoría de ellas parecían sumirse en el hastío y caminaban lento, lento.
"Tal vez lo que necesiten sea un poco de emoción" pensé. En seguida me acerqué más para que me vieran y lograran emocionarse. Me puse sobre todas esas personas.
En cuanto me vieron, comenzaron a quejarse y a maldecirme; y pude notar cómo caminaban cada vez más rápido sin dejar de mirar hacia arriba, hacia mí.
"Pero, ¿por qué se van? ¿por qué se alejan? ¿es que no me esperaban?" les grité; pero de mi boca sólo salió un rayo seguido de un trueno, con el cuál la gente se apresuró aún más, sacando periódicos y recargándolos sobre sus cabezas cálidas y muchas de ellas, calvas.
Me dolía. De verdad me dolía ver cómo la gente huía de mí. Yo había llegado a visitarlos con la intención de sorprenderlos y me lo agradecían así: huyendo de mí y lanzando maldiciones.
En 3 segundos me llegó una rabia increíble, y con la intención de intimidar aquella ciudad que se creía tan poderosa, lancé 3 ó 4 truenos increíblemente poderosos. Me sentí orgullosa de mí misma y mi padre lo hubiera estado también.
Aparentemente sólo logré enojarlos más y me seguían maldiciendo y diciendo cosas como "Ojalá que se vaya rápido". Y extrañamente pasé de sentirme enojada, a tener una tristeza increíblemente profunda. Poco a poco me volví más y más oscura, hasta que ya no pude más y finalmente dejé caer mis grandes lágrimas, bañando toda la ciudad con mi tristeza y envolviéndola en mis brazos de aire helado.
No sé cuánto tiempo lloré, pero eventualmente logré calmarme y dejé que pasaran a la ciudad los rayos de sol y su calidez. Me sentía bastante apenada después de haber llorado tanto. Entonces corrí, y corrí hasta que llegué a un lugar desconocido, bastante vacío. Un campo hermoso, pero seco.
Me quedé observándolo y vi que una pareja salía de una casa pequeña. En cuanto me vieron, sonrieron y pude escucharlos agradecer mi llegada. Las plantas se estaban secando.
Aparentemente me necesitaban, y podían mostrarlo, les emocionaba mi llegada, me encontraban utilidad, me querían con ellos.
Finalmente volví a llorar. Esta vez, de felicidad, y sonreí, sonreí mucho.

domingo, 2 de octubre de 2011

Borrón y cuenta nueva/ No es un primer post.

Verán ustedes, no es mi primera vez escribiendo en internet cualquier cosa que pase por mi mente y redactándola como si les fuera a completar la noche.
El chiste es que, debido a muchas razones que pudiesen o no involucrar pies amarrados, borregos rapados, y calcetines mojados, decidí abrir un nuevo blog.


Además de las razones con credibilidad ambigua de allá arriba, decidí abrirlo porque mi viejo blog ya era un verdadero desastre, sinceramente. Un blog en el que las primeras entradas ni siquiera tienen buena ortografía, tienen una pésima redacción, y en el que la mayoría del tiempo escribía de una manera sumamente emo y pretenciosa. Hasta yo solita me deprimía cuando me leía.
Claro, el blog del que hablo sigue existiendo y seguirá existiendo por el resto de la eternidad, y si alguien (que no me haya leído antes) lo encuentra, tendrá la increíble oportunidad de ganarse un Gansito, de lo contrario, sólo se quedará con las ganas.


Así que, de una manera muy simbólica (pues no me sirve de mucho abrir otro blog y sufrir la flojera de agregar montones de widgets en la barra lateral tan sólo para sentir que estoy comenzando de nuevo) esto es como una manera de escribir siendo más "yo misma", olvidando las barbaridades ridículas de las que escribía, y mi mala redacción que sigo sin corregir, dejándolos a ustedes sin rastros de mi pasado y sin elementos para burlarse de mí. ¿Quiubo?


Y sí, ya sé que el diseño es casi idéntico al de mi blog anterior, tampoco estoy tan ciega, carajo.