domingo, 6 de noviembre de 2011

Crónicas sin sentido.

Parte 1: De cómo soy experta tomando malas decisiones y de cómo este título no tiene nada que ver.

Sabía que sería una mala decisión y probablemente terminaría haciendo el ridículo de una manera muy fea, aún así, el saber cómo terminaría todo me importó poco.
Pude identificar el momento exacto, pude sentirlo y casi verlo. La sensación entró por la punta de mi nariz, adormeciéndola. Pude sentir cómo se recorría por toda mi cara y aparecía lentamente desde la punta de mis dedos, recorriéndose a lo largo de mis brazos y piernas. Puedo sentir mi corazón, puedo sentirlo ahí, en mi pecho ¡De verdad lo siento!

Miro mis pies mientras camino. Todo se ve como una fotografía viñeteada. Me gusta.
Sigo observando mis pies acariciando el piso, veo manchas como las que aparecerían en una película vieja. Las luces me deslumbran, sin embargo, no me molesta. 
¿Qué siento? ¿Por qué siento esto? Creo que es felicidad.

Ya no siento mi boca ni mi lengua, se han adormecido. Todo a mi alrededor se mueve, mis músculos se aflojan. Hace frío, mucho frío, puedo sentirlo pero no me importa, no molesta en realidad. Me gusta sentir de verdad.

Estoy sintiéndolo todo en el mismo momento. Bien, tal vez no todo, sólo muchas cosas, pero de verdad es simultáneamente, de verdad puedo sentirme explotar con esto, de verdad puedo sentirme volando.

Incluso en aquel mundo, me encontraría después mintiéndome a mí misma.
Soy una actriz del mundo real. Puedo sentir a la realidad actuando, puedo saber cómo la realidad se miente. 
Estoy sentada en el sillón naranja y todo funciona en automático, no tengo que esforzarme, pues como actriz de la obra de la "realidad" todo saldrá bien...o al menos eso nos querrían hacer creer.

Epifanía.



No hay comentarios: