domingo, 1 de septiembre de 2013

Real

He's not the kind of guy who stops and looks back at you. 
He's not the kind of guy who analyzes your every momevent, remembers every blink. He's not the kind of guy who stops and stares and traces your lips with his fingers. 

When he walks away, he doesn't look back and smiles at you, he leaves. He just leaves. 
He's different because he's so not attached, he seems to be perfectly ok without you, even if you know he's not. 

He's the kind of guy who is perfectly real. He won't try to be a movie, to be some book character; he doesn't need to flirt 'cause he's already so charming. He doesn't need to ask 'cause you're already beside him. 

He doesn't need to follow you 'cause you've already given up your life.

domingo, 16 de junio de 2013

Was bin ich?

I look back, it's al blurry. Important life events are buried in filth and covered in shallow, glittery unimportant memories. I can't walk back, it's too messy, embarassing, dirty and sticky. I'd like to think we are always embarassed of who we were in the past, but I'm pretty sure I'm just embarassed of who I was/am (?)

I'm upset because of such stupid reasons I should hit my head against a wall. Everything you thought you were, you're not; every single positive adjective you take for granted, is not there. Oh you, what a shame, so much self-pity we could swim in it, fuck, it fucking stinks. 

I wanted to be so many things, so many different, interesting, stunning, smart as fuck, badass women. Oh such great dreams, so much wasted potential, so self-centered, so full of crap and dirt and garbage and fat and worms and dust and blood and guts and hair and stupidity and selfishness.

You filthy little whore. You have so much more than you deserve. You meaty shit.

I know who you are, but what am I?

miércoles, 12 de junio de 2013

De soles y gotas

A veces pienso que el cielo y yo estamos conectados.
Tal vez estoy loca, tal vez sólo es percepción, tal vez es algo simple y para nada místico y extraordinario como me gustaría creer. 

A veces creo que el cielo y yo estamos conectados. Él se enoja, grita y golpea la nada cuando yo no reconozco mis razones ni mis verdaderas emociones; él me llora cuando no tengo ni ganas de sentir; él sonríe y me ilumina sin razón aparente, podemos sincronizar nuestros sentimientos, o simplemente contagiarnos de lo que sea que sintamos. 
El cielo es algo que nunca podré despreciar; él tan lindo y cambiante, haciéndonos sentir desde aquella comodidad de domingo por la mañana cuando el sol te da en la cara, hasta esas tormentas intensas que nos hacen despertar por un momento. 

A veces creo que estamos conectados, cielo. Te siento cerca, te siento cobijándome, te siento poderoso e invencible, pero a la vez tan suave e incomprendido. Dime que es real.

Tal vez sólo te atribuyo características para jamás sentirme sola, para no sentirme ridícula mirándote y sonriendo, para sentir que alguien me abraza en todo momento, para no volverme loca. 

Over The Pond.

La madera es cálida. 
Por más frío que haga, por más triste que esté, por más sola que me encuentre, la madera siempre me hace sentir cómoda. Tal vez es el color, tal vez la textura, o el hecho de que venga de un árbol. Paredes o pisos de madera, eso es calidez hogareña. 

Yo no estaba sola, era todo lo contrario: jamás me había sentido tan completa. 
El perro estaba recostado en nuestros pies, calentándolos en aquellas tardes tan mágicas, como sólo el invierno sabe hacerlas. Por freaky que parezca, me tranquiliza verte mientras duermes, tu pecho levantándose y cayendo con un ritmo perfecto, mi respiración tratando de adecuarse a la tuya, mis manos sobre tu pelo, intentando no despertarte. 

Fallé y abriste los ojos lentamente. Tus ojos verdes me iluminaron de repente. 
"Hola" dijiste en voz muy bajita, casi como si le hablaras a tus propios sueños y no a mí. Te besé la nariz y me quedé en silencio, delineando tus mejillas con mis dedos. Pasé por tus cejas, tu nariz, tu boca irresistible y tus ojos profundos. Nos mirábamos fijamente sin necesidad de hablar, porque en ese momento todo era perfecto. El crujir de la madera no importaba, los pájaros cantando sólo eran nuestro soundtrack, y el aire acariciando los árboles era sólo un sonido más. 

Pasé un dedo por tu cuello, luego el otro, luego el primero, luego el otro. Mis dedos caminaron sobre ti, sobre las venas saltadas de tus brazos, sobre tu pecho desnudo, sobre tu corazón. 
Con lo friolenta que soy, era de esperarse que estuviera temblando, pero no lo noté hasta que tocaste mi piel de gallina.

Me abrazaste. Mantuve mis manos sobre tus latidos, inundándome con su calor. Una lágrima bailó por mi mejilla, mi nariz y mis labios, y de la nada se escondió. 
Suspiraste y sonreí. 

De esos momentos que duran para siempre y te alivian el corazón.

miércoles, 9 de enero de 2013

Paola, la que abandona blogs como hijitos.

A veces se me olvida que escribo.
Well, sí escribo, pero en una libreta, la mayoría en inglés, acompañado de dibujitos y nada que tenga mucho sentido ni orden. Frases random, ocurrencias y sentimientos crudos, sin cortinas ni azúcar.

Extraño escribir aquí. Al menos me esfuerzo porque las cosas tengan sentido y sea literariamente estético, ¿o estético literariamente?
Tampoco escribo tan seguido porque Blogger cambió y ya no le entiendo nada y me da miedo cagar algo y borrar todos mis posts, o que en lugar de mi fondo salga porno, o que descubran que mi gusto culposo es cantar Chumbawamba a las 3 de la mañana.

Digo, ¡¿QUÉ?!

En fin. Por ahora que tengo demasiado tiempo libre y no puedo hacer muchas cosas, quiero escribir cuentos y cosas positivas y bleh.
Y dejar de ser tan pretenciosa.
Y empezar a escribir posts que no sean tan lame.
Y sacarles lágrimas.
Y risas, con chistes pésimos y muy bobos.
Y cambiar su punto de vista por 5 minutos y mínimo cambiar uno sólo de sus días.

... Y dejar de sonar como Mariano Osorio, carajo.
Ya no me dejen escribir, amigos.