martes, 27 de diciembre de 2011

Que nuestros labios se junten por siempre.

Quiero que me beses con pasión, casi rabia, que me tengas presa entre tus brazos, tomes mi cara como si temieras que me fuera, y quiero que mientras me beses acaricies mi cuello, mi cabello y recorras tus manos por mi cintura mientras muerdes mis labios como con intención de arrancarlos.
Bésame como si con besos pudieras hablar, dime todo lo que sientes con ellos. Bésame como si el mundo se acabara, como si fuera lo último que quisieras hacer. Bésame con toda tu pasión, como si sólo besaras una vez.
Bésame como sólo tú sabes.

martes, 13 de diciembre de 2011

Debo dejar de drogarme antes de dormir.

Justo ayer soñaba que caminaba con mi hermana en una calle bastante fea, cruzábamos las vías del tren y nos encontrábamos con una de sus mejores amigas de secundaria. "¿Me acompañan? Tiffy se acaba de morir y quieren invocar su espíritu en su casa a dos cuadras".


Sí, "Tiffy" como nombre de perro, pero no, era una ex amiga de mi hermana en secundaria. 
Yo no creo en esas cosas, pero por alguna razón decidíamos acompañarla. Afuera de la casa había más gente esperando para entrar, y una señora vieja decía "Si está tu espíritu presente, manifiéstate" y la puerta de madera se rompía. 
Yo no pude evitar carcajearme, pero entonces todos me vieron feo y tuve que callarme.


Me obligaban a sentarme con ellos en la sala formando un círculo y tomándonos de las manos, lo cuál me parecía lo más ridículo del mundo. Le pedían al espíritu que se manifestara (de nuevo) y mágicamente entraba por la puerta de madera una serpiente bastante larga.
Una vez más, la escena me daba muchísima risa y la serpiente se me acercaba intentando morder mis piernas. Yo las levantaba pero la serpiente no se iba, así que tuve que patearla lejos.


Tengo una laguna onírica y después recuerdo que le cortaban la cabeza a la serpiente porque "el espíritu" no cooperaba y la metían en gelatina de naranja para alejar a todos los demás espíritus. Sí...gelatina de naranja contra los espíritus.


Todo esto nos aburría mucho a mi hermana y a mí, así que nos íbamos. Caminando de nuevo por las calles, la cabeza de alguien decapitado encima de una llanta de automóvil manchada de sangre. Me daba miedo y la ignoraba.
Rodeando una esquina, nos encontrábamos con una tribu o algo así. Todos tenían el torso descubierto y la cara pintada con líneas y círculos rojos; yo no entendía nada de lo que decían, pero aparentemente mi hermana sí, y me decía que nos estaban invitando a unirnos a su tribu. Yo no me sentía ni un poquito segura con ellos, pero mi hermana sí, entonces me quedé con ella porque no quería abandonarla con gente en la que no confiaba.


Por alguna razón me enteraba de que era una conspiración y en realidad me querían matar por burlarme de los ritos raros para despertar espíritus y de inmediato me escondía para llamarle a alguien que nos salvara.
Uno de los miembros de la tribu, muy alto y flaco, me encontraba y aparentemente me mataba, porque entonces desperté.