miércoles, 30 de noviembre de 2011

Zombies poco rudos.

Hace algunos días me encontraba en un larguísimo viaje en metro desde la civilización hasta mi rancho. Como es costumbre, yo iba sumamente perdida en mis pensamientos y estaba tan aburrida, que si no hubiera sido porque un montón de personas que olían mal me estaban aplastando contra las puertas, me hubiera quedado dormida.


Después de mucho rato por fin llegué a mi estación. Con mucha flojera y arrastrando los pies, bajé del vagón, sintiéndome feliz por poder respirar aire fresco de rancho nuevo.
Subí las escaleras recordándome a mí misma que necesito hacer ejercicio de nuevo porque ya perdí la poquísima condición física que solía tener y caminé en el largo pasillo que llegaba hacia la salida con una increíble hueva.


Cuando llegué, noté que había demasiada gente atascada en la salida; me acerqué más y noté que estaba cerrada. "Maldita sea" pensé "Tendré que caminar ooootra vez el larguííísimo pasillo para llegar a la salida del oooootro lado" y después me pregunté por qué los demás no hacían lo mismo. Probablemente eran tan flojos como yo.


Me ahorré el llegar a la otra salida; sólo tuve que voltear hacia el otro lado y noté que también había un montón de gente atascada. 
Mi última salvación era la salida de arriba que da hacia un puente. Subí y sucedió lo mismo, sólo que esta vez me fijé bien y noté que había policías haciéndose los rudos con sus escudos de plástico o como se llamen y bloqueando la entrada por los dos lados. Por un momento me asusté y pensé que explotaría una bomba nuclear y moriría entre un montón de desconocidos rancheros (como yo).


Algunos segundos después, pensé: "Sería increíblemente cool que se tratara de una infección zombie y por eso nadie pudiese entrar ni salir del metro, porque nos estarían aislando por miedo a que alguien de nosotros estuviese contagiado, o al revés, porque allá afuera estarían todos infectados e intentaran protegernos" Me puse a pensar en cómo podría defenderme de los zombies si se diera la infección en ese preciso momento, pero en mi poder sólo tenía un morral hippie, un libro pequeño, unas llaves, audífonos y mi celular. 
"Carajo, tendría que morir por la humanidad, no tengo cómo defenderme" pensé. 
Me imaginé que tardarían mucho tiempo en abrir de nuevo las salidas, así que me resigné a subir de nuevo al metro y bajar en la siguiente estación y caminar aún más para llegar a mi casa.


Volteé y me quedé algo...confundida. Subiendo las escaleras estaban dos zombies (un poco gordos) llenos de sangre, sucios y con la ropa rota. "What the fuck?" me dije a mí misma. 
Woohoo! ¡Eran zombies! ¡Qué emoción! Y luego me puse a pensar: Si de verdad lo fueran, serían más rudos, atacarían a todo mundo y no caminarían tan lento...y no habrían empezado a fajar a la mitad de las escaleras.
Luego recordé que era sábado y que ese día a alguien se le había ocurrido organizar una marcha zombie llena de gente con malos disfraces; le menté la madre al mundo y me subí al siguiente tren para después perderme por los rumbos de la siguiente estación.


Qué triste, lo más cerca que pude haber estado de zombies eran disfraces, y se empezaron a tragar enfrente de mí.
FML.

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