viernes, 4 de noviembre de 2011

Felicidades, Pol.

Tengo 3 años y estoy acostada abajo de la mesa de la sala de mi casa. A decir verdad, estoy muy cómoda y en realidad no tengo mucho de qué preocuparme. 
Un momento... ¿Dónde quedó mi vaso con leche?


Tengo 5 años y estoy actuando como perro, gateando, ladrando y sacando la lengua. A mis padres parece hacerles gracia.
Busco a mi hermana, le pido que me acompañe a jugar en el patio. Nos enojamos, hacemos berrinche y en menos de 5 minutos somos inseparables de nuevo.
No me gusta comer, y tampoco me gusta la carne. Mi mamá se enoja conmigo por eso todo el tiempo y me obliga a comer al menos 3 tiras de pollo.
Creo que va a empezar a llover. Me gusta el agua.


Tengo 8 años y no me quiero levantar para ir a la escuela. Cuando viajo en auto con mi mamá, me gusta meterme en la cajuela y quedarme ahí, hecha bolita.
Soy muy torpe, sin embargo juego fútbol. Ya quiero que empiecen las vacaciones porque tengo ganas de ir a la playa. Tengo sueño. 
Sigo odiando la carne. Mi mamá espera que el odio se me pase cuando crezca.
Mi maestra de Inglés hizo cita con mis padres porque soy muy callada e introvertida y no logro participar en situaciones que requieran socializar. True story. 


Tengo 11 años y me gusta dibujar. Mis papás dicen que dibujo hermoso, pero pienso que más bien lo dicen porque tienen que hacerlo, están obligados a eso. Me gusta tocar la guitarra pero mis dedos son muy pequeños. Fantaseo con un mundo dibujado donde todo es como yo quiero. Dicen que soy una niña más bien solitaria. Tengo un caracol como mascota.


Tengo 13 años y no veo bien, mi conciencia no ve bien. Está nublada.
Creo en cosas metafísicas y energéticas. Estoy tan nublada que pienso que Lobsang Rampa es un buen escritor. Me gustan las torrejas que cocina mi madre en Abril, y me siento mal por pasar todo el día en la computadora. Debería hacer algo productivo.
Quiero escribir un libro y no sé ni cómo empezar. Me frustra el hecho de que me importa demasiado lo que mis amigos piensan de mí, en especial ella. Me avergüenzo de cosas insignificantes. Me gusta pensar que pienso más a fondo sobre la vida diaria. No me gusta esta rutina. 
Puedo estar orgullosa de que soy valiente y me atrevo a decir las cosas. No puedo estar orgullosa de rendirme tan rápido ni de dejar ir las cosas tan lento.
Quiero un gato. 


Tengo 16 años y estoy dormida, tengo frío. Me gusta dormir envuelta en muchas, muchas cobijas. Creo que por fin encontré verdaderos amigos. 
Cuando voy en el metro me gusta observar a las demás personas e imaginar cómo son sus vidas.  Soy la onda evadiendo mis problemas. Mediocre. Odio elegir.
Apesto en muchas cosas, pero si algo me sale bien, son mis Ti-Chaguis. Extraño entrenar diario.
Puedo comenzar a pensar en una cosa y tratar de llegar a una conclusión sobre eso, pero soy tan distraída que probablemente terminaría pensando en lo adictivo que es el chocolate o lo bonito que es enterrar los pies en la arena.
Soy muy torpe, dispersa y distraída. Sé que no debería, pero a veces me da miedo opinar y externar lo que pienso y siento.
La nostalgia es mi mejor inspiración.
Me cuesta mucho trabajo ser coherente, pero de todas formas ya me rendí. 
La gente cree que me la paso drogada porque soy sumamente despistada y siempre tengo cara de dormida, la única verdad es que siempre tengo mucho, mucho sueño. 
Me gusta mucho el mar. Me gusta aún más cuando estoy en el mar y llueve. Sigo siendo vegetariana, afortunadamente. 
Podría pasar horas enteras observando a mi cuyo.


Tengo 17 años y 10 minutos. No he hecho mucho de mi vida.
 ¿Qué será de esto?
Feliz cumpleaños a mí.

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