domingo, 23 de octubre de 2011

Monsters are real...

He vivido con un letargo.
Tenía 12 años cuando lo noté por primera vez, lo recuerdo bien. Ni siquiera me daba cuenta de las cosas. Podía ver a un hombre saltando de un puente, y no me percataba de lo que acababa de ver hasta días después. Era como vivir en drogas, o en un estado automático muy chafa. 


Hasta hace un par de horas me di cuenta de que en verdad sigo con ese letargo sin razón alguna. Ese adormecimiento. 
Es como si no pudiera pensar correctamente, como si, por más que me esforzara, una parte de mí decidiera (sin consultarme antes) mantenerme alejada de la realidad, mantenerme dormida, mantenerme con pensamientos nublados. Es como si tuviera puestos unos lentes con graduación incorrecta, que más que ayudarme, sólo hacen que vea la realidad más borrosa, incierta y desenfocada.


Hace poco, me eché mi último cubetazo de agua helada. Una última oportunidad para despertar de nuevo. 
Desperté en el momento, inhalando fuerte, con el corazón agitado y los ojos abiertos a más no poder, pero como era de esperarse, el frío te adormece de nuevo después de un par de minutos...


Quisiera culpar a Octubre, la época y su clima por adormecerme de esta manera. Quisiera culpar a alguien, de verdad; pero en realidad, tengo la certeza de que la única persona que tiene la culpa, soy yo misma. Yo me he permitido llegar a esto, yo me he dejado llegar hasta aquí sin un freno, y sin capacidad aparente de volver.
Yo misma me he permitido hundirme en lodo, náusea, amargura, huesos, violencia, y una enorme ignorancia que me mata lentamente. Lo más triste es que no sé si puedo salir de aquí.
No sé si quiero salir de aquí.


Quiero despertar. ¡Quiero despertar! ¡Quiero despertar! ¡Quiero sentir algo!
¡Despiértame!




Monsters are real, and ghosts are real too. They live inside us, and sometimes, they win.

No hay comentarios: