domingo, 22 de enero de 2012

Exploding.

I've been having all of these little flashbacks, they get  mixed with my own reality, to the point where i don't know what's real and what's not. I don't know what have i dreamed and what have i lived. I don't know if i'm sober or not. I don't know myself anymore.


I don't even know if this is really happening.

martes, 3 de enero de 2012

Viajes perturbadores.

El día de hoy me encontraba muy tranquila escuchando música mala en el metro mientras regresaba desde el fin del mundo hasta mi casa. Seguramente estaba pensando en algo como galletas de chocolate cuando entró un viejito con un bastón y un gorro ruso, se veía como un viejito cool y alegre; sin dudarlo, me paré y le cedí mi lugar. El viejito cool me dijo "Gracias, señorita, qué amable" como tres veces, y yo le contesté  "Sí, no hay de qué" otras tres veces.
Yo me quedé parada junto a la puerta, por lo tanto, junto a él. A los pocos segundos de estar ahí, noté que el viejito apestaba a mota. "Ja, se debe estar divirtiendo mucho" pensé.


Vi que el viejito me decía algo, así que me quité los audífonos y le pedí que me repitiera lo que había dicho; lo repitió y yo no le entendí nada, y sintiéndome muy estúpida le pedí que lo dijera una tercera vez, y por fin escuché: "Que por qué traes tu disfraz" me preguntó riéndose mientras observaba mi gorro ridículo de lobo. 
"Pues nomás, para ahuyentar pájaros" Se me ocurrió decirle.
El viejito se rió y me preguntó "Es para el frío, ¿verdad?" y pensé en decirle algo como "No, la verdad es que es para guardar comida" pero mejor me reí asintiendo y esperando que no hiciera la plática, porque pues...sería incómodo y soy muy desconfiada.
Las leyes de Murphy fueron aplicadas, y en efecto, el viejito me empezó a hacer la plática.


"¿Y para dónde vas?" me preguntó.
"Bien lejos, por ahí por donde el viento da la vuelta" le respondí. 
"Ah, mira. Yo voy para Hidalgo...Sí llego en esta línea, ¿verdad?"
"Sí, sí es ésta"
"¿Y ya entraste a la escuela? ¿Qué estás estudiando?" me preguntó mientras se intensificaba su olor a mota.
"No estudio" Le mentí, y lentamente me acerqué a la puerta sonriendo porque me puse paranoica y me dio miedo que me preguntara tantas cosas, así que decidí cambiarme de vagón en la estación siguiente.
El viejito se río y dijo algo que no escuché. Llegamos a la siguiente estación y mientras salía, noté que él también había salido junto a mí. 


"Carajo, ¡debí alejarme antes, ahora me está persiguiendo! me va a secuestrar, me va a drogar y va a donar mis órganos. ¡Tengo qué defenderme! ¿Qué patada le puedo dar? ¿Grito como loca? ¿Corro? ¿Y si me caigo? ¿Lo aviento por las escaleras? ¿Y si me golpea? ¿Y si él me tira de las escaleras a mí? ¿Y si puede leer mentes y sabe que ya sé que me quiere asesinar y ya no puedo huir? ¿Y si es un loco y me tortura mientras me tenga secuestrada? ¿Y si me tortura con métodos de la Inquisición? ¿Y si viajó en el tiempo y en realidad es un sacerdote del siglo XVI? " Pensé de inmediato, pero luego volteé hacia arriba y noté que estábamos en la estación Hidalgo. 


Volteé hacia atrás, busqué entre la gente y vi que el viejito seguía ahí, unos cuantos pasos atrás de mí. Me vio y me sonrió.
"Bien hecho, Pol, tenías que bajar justo en la estación que él bajaba" pensé. 


Fingí perderme entre la gente y huí hacia los vagones de mujeres para esperar al siguiente tren, esperando que no me persiguiera, o que nadie en el siguiente tren me hiciera la plática y pretendiera asesinarme o secuestrarme.


Moraleja: debo dejar de usar gorros ridículos que provoquen que la gente me pregunte cosas. Y también debo ser menos paranoica...olvídenlo, sí debo ser paranoica