sábado, 12 de noviembre de 2011

Lo que faltó de mis crónicas que no tienen ni un poco de sentido.

Parte 2: De cómo repentinamente conozco el sentido de la vida. Todo es cíclico y la verdad es totalmente efímera.

Eventualmente, mi sensación desaparece.

Aparentemente, el mundo real no lo es en sí, sino hasta que vas al mundo irreal y te das cuenta de que lo es, pero aún así, te gusta pensar que el mundo irreal es real, y que lo que ves, sientes y piensas en lo irreal, es en verdad real a pesar de que para los demás sólo estés debrayando sin sentido.

Sigo siendo actriz del mundo real en plena epifanía, es como si en esta irrealidad me diera cuenta de que allá en el mundo real todos actuamos, pero si todo se trata de actuar y decir mentiras, ¿entonces qué tiene de real?
La pregunta queda volando y vacía.

También seguía sintiendo varias cosas contradictorias a la vez: una alegría completa al estar en la fantasía; una tristeza penetrante al darme cuenta de que sólo en fantasías sentía una felicidad entera; una enorme decepción conmigo misma y con los demás; culpa eterna, profunda y asesina; una vergüenza digna de ser capturada; miedo, miedo puro y destilado, miedo en su máxima expresión; emoción por poder haber sentido el miedo en su estado más puro, y la sorpresa de que él escupió las palabras exactas pero al azar de todo lo que yo estaba sintiendo.
Cuando digo que sentía todas estas cosas al mismo tiempo, lo digo en serio, no como la mayoría de la gente lo dice, pues para ellos, sentir cosas al mismo tiempo, es un segundo de felicidad, al siguiente segundo, depresión, al siguiente, culpa, etcétera. No, yo sentía todo esto en el mismo segundo, en el preciso momento toda esta combinación a la vez pura. Pues sentimientos más puros jamás había sentido.

En el mundo irreal, puedo saberlo todo, puedo leer mentes e ir más allá de los actos tan simples y diminutos de las personas. Aquí todo sale bien, puedo sentir la náusea pura, y la liberación más maravillosa. Aquí encuentro todas las respuestas y revelaciones. Aquí hay felicidad verdadera, pero también una felicidad que incluye una nostalgia, decepción y depresión para cada célula de mi cuerpo.

¿Qué tipo de persona soy? 
La respuesta da razones para saber por qué hay tanto odio saliendo de este ser tan sólo para volver a entrar. El odio dirigido a uno mismo.
Aquí siento todo el odio y lo siento de verdad. Aquí siento el miedo y lo siento más. Aquí también me ahogo.

"Esta vida es tan real que todos terminaremos siendo nada. Un Nemo Nobody más." Leí entre mis notas fracasando al tratar de hilar todas aquellas ideas en una sola y que además tuviera sentido. Si lo hubiese escrito todo, TODO en ese momento, tal vez sería diferente.
Y probablemente sólo soy yo tratando de engañarme a mí misma: Escribiera lo que escribiera, ya no tendría sentido después.

Patrañas, ¡Claro que tiene sentido! Sé que yo me entiendo.

Todo es cíclico.
La verdad es totalmente efímera.



No hay comentarios: