miércoles, 12 de junio de 2013

Over The Pond.

La madera es cálida. 
Por más frío que haga, por más triste que esté, por más sola que me encuentre, la madera siempre me hace sentir cómoda. Tal vez es el color, tal vez la textura, o el hecho de que venga de un árbol. Paredes o pisos de madera, eso es calidez hogareña. 

Yo no estaba sola, era todo lo contrario: jamás me había sentido tan completa. 
El perro estaba recostado en nuestros pies, calentándolos en aquellas tardes tan mágicas, como sólo el invierno sabe hacerlas. Por freaky que parezca, me tranquiliza verte mientras duermes, tu pecho levantándose y cayendo con un ritmo perfecto, mi respiración tratando de adecuarse a la tuya, mis manos sobre tu pelo, intentando no despertarte. 

Fallé y abriste los ojos lentamente. Tus ojos verdes me iluminaron de repente. 
"Hola" dijiste en voz muy bajita, casi como si le hablaras a tus propios sueños y no a mí. Te besé la nariz y me quedé en silencio, delineando tus mejillas con mis dedos. Pasé por tus cejas, tu nariz, tu boca irresistible y tus ojos profundos. Nos mirábamos fijamente sin necesidad de hablar, porque en ese momento todo era perfecto. El crujir de la madera no importaba, los pájaros cantando sólo eran nuestro soundtrack, y el aire acariciando los árboles era sólo un sonido más. 

Pasé un dedo por tu cuello, luego el otro, luego el primero, luego el otro. Mis dedos caminaron sobre ti, sobre las venas saltadas de tus brazos, sobre tu pecho desnudo, sobre tu corazón. 
Con lo friolenta que soy, era de esperarse que estuviera temblando, pero no lo noté hasta que tocaste mi piel de gallina.

Me abrazaste. Mantuve mis manos sobre tus latidos, inundándome con su calor. Una lágrima bailó por mi mejilla, mi nariz y mis labios, y de la nada se escondió. 
Suspiraste y sonreí. 

De esos momentos que duran para siempre y te alivian el corazón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esa frase me parece familiar "And in that moment I swear we were infinite" lee el libro que te recomendé, no te arrepentirás ;)